Muchos dicen que sin tiempos de crisis no hay evolución posible. Y es que pareciera que cuando atravesamos por momentos difíciles es cuando nuestro cerebro produce más y mejores ideas, pero como estamos cegados de emociones negativas casi nunca las vemos. De modo que en esos casos sólo nos quedan dos opciones: actuar o no actuar (he ahí el dilema).
Solemos pensar que los tiempos de crisis son aquellos donde nos suceden cosas terribles, pero no es del todo así. La crisis supone un momento coyuntural de cambios y evolución, sin embargo esa evolución sólo depende de nosotros. Asumir la crisis como punto de partida para emprender nuevos proyectos o asumirla como estancamiento y descenso hace la diferencia.
Todas las personas, emprendimientos y negocios pasan por momentos de crisis, ¿cuáles sobreviven? Los que insisten, los que son constantes y se enfocan en la pasión por lo que hacen. Ser haciendo lo que amamos es la regla número uno de todo emprendimiento, porque todo emprendimiento es a su vez la proyección de nosotros mismos y nuestro crecimiento personal. Las ideas nacen, crecen y mueren con nosotros mismos, que sea distinto dependerá de las decisiones que tomemos y acciones que ejecutemos para que nos trasciendan.
Usualmente miramos hacia el lado de los que consideramos exitosos para lamentarnos por nuestras desgracias, en vez de pensar en cuáles objetivos se ha planteado él, cómo se comunica con sus empleados y socios, qué ha hecho con sus instalaciones para atraer tantos clientes, cuál es su método de trabajo, cómo es su imagen, qué mensaje maneja desde el diseño de su marca, qué trasmite, cuáles son sus valores, en fin… Pocas veces nos preguntamos qué hace para que todo esté en sintonía en su negocio.
La Programación Neurolingüística aplicada al comercio y emprendimiento nos enseña que para que una idea o empresa sea exitosa es indispensable mantener la coherencia entre lo que ofrecemos y lo que somos. Pensemos en un SPA o un Centro de Salud Integral, donde nos prometen terapias relajantes, cambio de creencias y técnicas de enfoque que nos llenarán de bienestar y prosperidad, pero la persona que nos habla luce estresado, angustiado y desbordado de prejuicios, naturalmente no confiaremos en que sus servicios surjan efecto. La coherencia entre lo que somos, hacemos y trasmitimos es la clave para despertar la confianza en el otro y más adelante su fidelidad hacia nuestro servicio.
Justamente por ello, no debemos seguir pensando que los tiempos de crisis son culpa de alguien más o que será imposible sacar de eso algo positivo. Los tiempos de crisis son los mejores para impulsarnos como mejores personas y por ende mejores emprendedores.
A partir de hoy, sugerimos:
- Estar atentos a las ideas que nos envía nuestro cerebro
- Mirar qué y cómo hacen para triunfar los que consideramos triunfadores
- SER haciendo lo que amas
- Accionar. Ninguna idea, por más brillante que sea, se ejecuta por sí misma.
- Mantener la coherencia entre lo que somos y ofrecemos como personas y empresa.
- Si miras al lado, fíjate en los métodos de trabajo del otro. No husmees para lamentarte.
- Y no lo olvides: los mejores proyectos van de la mano con el amor por lo que se hace.